21 Oct Criterios de priorización ante el recorte presupuestal

Entrevista a Julio Santaella Castell, Presidente del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), por Edith Pacheco y Rosario Cárdenas
2 de abril de 2019
Edith Pacheco (EP) y Rosario Cárdenas (RC):
¿Cuáles son las tareas a las que el Inegi se aboca?
Julio Santaella Castell (JSC):
El papel que el Inegi juega está respaldado por el entorno jurídico plasmado en la Reforma Constitucional de 2006, la cual introduce, en el Artículo 26, el Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica, a fin de identificar que la planificación del desarrollo nacional, materia de dicho artículo, quede vinculada de forma directa con la información estadística y geográfica. Es decir, el papel del Sistema es suministrar información estadística y geográfica útil para el desarrollo nacional; el mismo Artículo 26 habla de la existencia de un Órgano Autónomo del Estado Mexicano, precisamente con autonomía técnica y de gestión: el Inegi, que es el que coordina dicho Sistema. Para el 2008, se promulga la Ley Reglamentaria del Sistema, que ofrece los detalles de su funcionamiento; es decir la materialización propiamente dicha. Por cierto, una reforma constitucional posterior crea, en el mismo Artículo 26, una fracción adicional para dar cabida precisamente ahí y con la misma estatura, al Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), cuya Ley Reglamentaria seguimos esperando.
EP y RC:
¿Cuál es el papel social del Inegi?
JSC:
Es una excelente pregunta, pues la Ley que nos rige señala que la información es para el Estado y la sociedad; de ahí que la información no sea exclusiva, sino que busca ser útil a todo el que la requiera, sea en nuestro país o fuera de él, si bien existe como prioridad su uso para sustentar las políticas pública del Estado. Para darles un ejemplo, existe un claro mandato de accesibilidad de la información, en el sentido de que un número cada vez mayor de ciudadanos de nuestro país puedan acceder a la información que producimos; de ahí la necesidad de ofrecerla en un formato de datos abiertos, gratuitos, de fácil acceso y en formatos que no sean exclusivos; es decir, hay toda una agenda para fomentar el uso de tales datos. De hecho, tenemos un mandato legal que busca fomentar las culturas estadística y geográfica. Les doy como ejemplo el nuevo Atlas de México que estamos por lanzar en una colaboración con la Secretaria de Educación Pública. El propósito de esta publicación es contribuir a la educación de los niños de primaria respecto de la geografía de México; es material muy completo, no sólo desde el punto de vista de la geografía física, sino también de todos los demás desarrollos sociales y humanos que ocurren en nuestro país. Procuramos entonces que sea de utilidad, para todos quienes accedan a ella. También hemos relanzado nuestra página de internet y disponemos ahora de un centro de ayuda para facilitar que se nos contacte por teléfono, mediante las redes sociales, por internet o por chat. Todo para que un mayor número de personas acceda a la información que recabamos.
EP y RC:
Tal y como lo mencionamos al momento de solicitar esta entrevista, nuestra inquietud principal es el recorte presupuestal al Inegi. Por ello, queremos preguntar cómo se define el presupuesto de la institución.
JSC:
Respecto a ese tema hay diferencia entre los distintos organismos autónomos. En el Inegi no tenemos autonomía presupuestal, lo que significa que tenemos que sujetarnos a un techo que la Secretaria de Hacienda nos asigna y sobre cuya base elaboramos un presupuesto con cargo al Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación que, en su momento, la Secretaria de Hacienda somete a consideración de la Cámara de Diputados. En el caso de otros órganos autónomos, esta misma Secretaría toma el presupuesto que someten a consideración integrándose, tal cual, al Proyecto de Presupuesto de Egresos sometiéndose así a la Cámara de Diputados; nosotros, en cambio, como lo he señalado, tenemos que pasar por el tamiz de la Secretaria de Hacienda.
Lo que ha ocurrido en el ejercicio fiscal 2019, es que estamos en la antesala de dos ejercicios censales muy importantes; en 2019 estamos levantando los Censos Económicos y el próximo año levantaremos el Censo de Población y Vivienda; teníamos también la intención de levantar en 2019 el Censo Agropecuario, que no pudo levantarse en 2017 por falta de recursos presupuestales. A la luz de todo lo anterior, nuestros requerimientos presupuestales son considerables, de lo cual estamos muy conscientes; estamos hablando de cerca de $17,000 millones de pesos. Debe considerarse, además, que se trata de un periodo de transición de la administración pública federal. La Secretaria de Hacienda finalmente nos comunicó que nuestro techo presupuestal era del orden de $12,629 millones de pesos, lo que de entrada nos dejaba con menos recursos para hacer todo lo que habíamos planeado.
Por ese entonces, nos quedó muy claro que el Censo Agropecuario no iba a ser factible, por lo que decidimos respetar la calendarización y programación de los otros dos censos, el Económico y el de Población y Vivienda; armamos el presupuesto, en su momento la Secretaria de Hacienda lo integró y envió a la Cámara de Diputados, la cual, como he dicho nos ha asignado $12,129 millones de pesos, reduciendo $5,000 millones. El monto que la Secretaria de Hacienda nos había destinado (12,629 millones de pesos) ya implicaba economías para los otros dos proyectos censales (el Económico y de Población y Vivienda). Al enfrentarnos al recorte adicional de la Cámara de Diputados, hubo discusiones y acuerdos con la Junta de Gobierno del Instituto, para observar criterios diversos en cuanto a prioridades, de tal manera que lo primero que acordamos fue, definitivamente, la observancia de nuestro mandato legal: la realización de los ejercicios censales, de las cuentas nacionales y de los índices nacionales de precios, ninguno de los cuales se vieron afectados en modo alguno.
En cuanto a la Información Estadística y Geográfica de Interés Nacional, se trata de una denominación de ley para que, en función de declaratorias de nuestra Junta de Gobierno, esta información se convierta de uso oficial y obligatorio para los gobiernos federal, municipales y estatales. De esa manera, algunos programas de información, como pueden ser la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (enoe), la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (enigh), la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (Envipe), que son Información de Interés Nacional, tampoco se vieron afectadas. En el ámbito económico, hay algunos programas que son también de Interés Nacional, como la Encuesta Mensual de la Industria Manufacturera (emim), la Encuesta Mensual de Servicios (ems) y otros de altísima frecuencia, y cuya información se recaba mes con mes. De ahí que la prioridad de la Junta de Gobierno son los censos, cuentas nacionales, precios, Información de Interés Nacional y luego la estadística que es de alta rotación, de elevada frecuencia. En interés sigue la revisión de las afectaciones a aquellos programas que típicamente levantamos como parte de una colaboración presupuestal con otras dependencias y socios; por ejemplo, la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (endutih) para la cual la aportación principal proviene del Instituto Federal de Telecomunicaciones, que aporta alrededor de 70% de los recursos, con un 15% adicional por parte de la Secretaria de Comunicaciones y Transportes; en este rubro la participación del Inegi era, ciertamente, mínima. En la enigh, como antes fue con el Módulo de Condiciones Socioeconómicas, el Coneval era un aportante importante. Lo muy fortuito y positivo para todos nosotros, es que para el 2019 y por el momento, esos programas no se vieron afectados.
Entonces, los programas restantes fueron aquellos que no son ni de Interés Nacional, ni tampoco de alta frecuencia; se trata de programas que se han realizado cada tres, cuatro o cinco años, y donde si bien no es deseable tener espacios de obscuridad estadística, el hecho de que trascurra un año sin levantar información, por tratarse de fenómenos estructurales no ocurre gran cosa desde el punto de vista de la dinámica de los fenómenos. De ahí nuestra reflexión sobre la realización de algunas otras encuestas importantes que pudieran llevarse a cabo en el 2020 o el 2021, incluido ahí el Censo Agropecuario. En el caso de la Encuesta Nacional sobre Uso del Tiempo (enut), era para nosotros una actividad muy importante, porque permite visibilizar el trabajo no remunerado y los cuidados en el hogar; y como ustedes saben hasta mejor que yo, hay una disparidad de género muy importante. Esa encuesta tocaba levantarla en 2019 siguiendo el programa quinquenal, contando con una muy importante colaboración del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres). La suspensión afectó de manera importante al Inegi, porque en el calendario natural la debimos haber levantado este año. Tengo todavía esperanzas de que, de alguna manera, Inmujeres pueda allegarse los recursos financieros suficientes para poder llevarla a cabo; si no ocurre así, trataríamos, desde luego, de hacer gestiones para que en el 2020 eso suceda.
Hubo también otros programas de información, que en realidad solamente se habían levantado una única vez, y queríamos volver a poner en práctica. En este rubro había dos que eran del ámbito gubernamental: seguridad pública y justicia; se trataba de la Encuesta de Cohesión Social para la Prevención de la Violencia y la Delincuencia (Ecopred), levantada en 2014 y de suma utilidad si se levantara en 2019, sobre todo para dar una línea base a la administración actual en materia de prevención de la violencia. Pero como la Ecopred no disponía de financiamiento de la Secretaria de Gobernación, como fue la ocasión anterior, se tuvo que postergar hasta nuevo aviso. Una encuesta que personalmente me agradó mucho fue la Encuesta Nacional de Calidad Regulatoria e Impacto Gubernamental en Empresas (encrige), que se refiere al entorno regulatorio y cómo éste afecta a los negocios. Se había levantado en 2016 con recursos del Instituto Nacional del Emprendedor (Inadem) y la Secretaria de Economía; pero hay obstáculos que siempre están presentes.
Teníamos, igualmente, algunos proyectos internos de expansión de ciertos programas de información que ya levantamos. Por ejemplo, la Encuesta Nacional sobre Confianza del Consumidor (Enco) lleva cerca de 20 años con nosotros, aunque sólo con cobertura nacional; y si hay algo de lo que estoy seguro en este país es de su heterogeneidad. También habría que considerar algún tipo de desagregación espacial. Entonces uno de nuestros proyectos era tener componentes regionales de confianza del consumidor; pero queda pendiente por el momento esperando otra oportunidad. Levantamos una consulta pública para ir expandiendo la enoe a otras ciudades; lo que buscamos es que después de una ampliación hacía la frontera norte podamos movernos hacía el sur-sureste, zona que es, además, prioridad de la política pública de este gobierno; el plan es que conforme fuéramos disponiendo de recursos podríamos tener datos, por decir, para Tapachula, Ciudad del Carmen y Coatzacoalcos, localidades que por el momento no cuentan con representatividad estadística, es decir, no forman ahora mismo parte de la muestra.
La anterior es, brevemente, la historia de cómo hemos enfrentado la situación y cómo estamos tratando de resolverla. Lo más importante, quizás, —y esto sí quiero dejarlo muy claro—, es que para nosotros el esfuerzo titánico es el Censo de Población y Vivienda 2020, para el cual recibimos recursos cuantiosos este año, destinados fundamentalmente a la adquisición de los equipos, materiales y suministros, para que el 2020, año del censo, podamos proceder a las contrataciones del personal y al levantamiento del mismo. El presupuesto que se requerirá para el próximo año va a ser considerable; por decirlo de manera práctica, el Censo de Población y Vivienda por sí solo duplica nuestro presupuesto. Como he mencionado, se trata de un ejercicio mayúsculo, de capital importancia para el país y que requiere, por lo tanto, de la corresponsabilidad presupuestal. Sobre el particular, agradecemos algunos exhortos surgidos en el Consejo Nacional de Población (Conapo) y otros organismos, que han hecho hincapié en la importancia de disponer del financiamiento necesario.
EP y RC:
Teníamos la inquietud de conocer más a fondo cómo fue que se identificaron los proyectos prioritarios; su respuesta ha sido muy clara y la agradecemos. Nos restaría preguntarle sobre una encuesta que no mencionó, la Encuesta Nacional de Hogares (enh). Sabemos por los medios de comunicación que esta encuesta formó parte del grupo de proyectos afectados por el recorte presupuestal. El hecho nos parece importante, especialmente por existir la idea de que el proyecto era continuo y que cada trimestre se incorporarían módulos que abordarían temas de interés nacional. De hecho, es en el marco de esta encuesta que se aplicó la Encuesta Demográfica Retrospectiva (Eder) en el segundo semestre de 2017. (A propósito, la liga del evento de presentación de resultados por parte del Inegi y de un grupo de comentaristas de El Colegio de México, se exhibe en la contraportada interna del número 15 de la revista Coyuntura Demográfica).
JSC:
La enh, como bien señalan, se contempló como un vehículo para levantar otra serie de encuestas que estamos llevando a cabo; de hecho, la enh nos ha permitido levantar en este primer semestre la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut). Lo que sucede es que no tenemos proyecto para, en el segundo semestre, incorporar un tema directamente en ésta, de ahí que la enh, más que una cancelación, es una reducción del ritmo de levantamiento. En cuanto tengamos nuevos programas de información y surjan necesidades adicionales nos proponemos levantarla. El proyecto principal que estábamos considerando atender con esta encuesta contemplaba el tema de la orientación y diversidad sexual, una temática ciertamente urgente y prioritaria; pero como ustedes deben saber mejor que yo, esto es complicado de atender a través de, por ejemplo, un censo de población. Entonces, estábamos tratando de integrar una encuesta especializada que abordara esos temas contemplando cuestiones específicas. La encuesta iba a ser financiada en su totalidad por el Inegi. No hemos cejado en el esfuerzo, pero la verdad es que las probabilidades de que esta actividad se concrete son pocas, toda vez que hay otros programas más consolidados que vale la pena echar a andar. Pero indudablemente la encuesta la tenemos contemplada en el plan de trabajo cuando las condiciones permitan realizarla. En otras palabras, vamos a continuar con la enh, aunque probablemente con una dimensión y una frecuencia mucho menores a lo contemplado originalmente.
EP y RC:
También existía una solicitud, la de incorporar en la enh aspectos ambientales. ¿Qué suerte tuvo ese proyecto?
JSC:
Qué bueno que lo comentan. Teníamos un par de módulos ambientales para hogares, pero mi idea era la de un programa más ambicioso que considerara los temas ambientales en los hogares. De hecho, hicimos todo un ejercicio de planificación de una encuesta nacional de medio ambiente en los hogares; iba a tratarse de una encuesta especial dedicada exclusivamente a esa temática, que pensamos que la merece. En la enh, además de la Eder, el año pasado levantamos la Encuesta Nacional sobre Consumo de Energéticos en Viviendas Particulares (Encevi), que fue la primera vez que arrojó información sobre el tipo de combustible que se usa en los hogares y cuántas horas se utilizan fuentes como la energía eléctrica, el carbón, el gas; de qué tamaño son los refrigeradores que hay en los hogares mexicanos, y otros elementos igualmente importantes sobre el consumo energético en los hogares. Confío en que esto nos permita levantar otra serie de programas de información de naturaleza similar.
EP y RC:
Además de haber mencionado la importancia que tiene para el Inegi el Censo de Población y Vivienda 2020 ¿cuál es la percepción del Instituto respecto a la Sociedad Mexicana de Demografía (Somede) y su participación en la discusión relativa a dicho censo, al congregar al grupo clave de especialistas en el tema que han participado en los preparativos de censos previos, opinando sobre el cuestionario, los resultados posteriores y demás? El número 14 de Coyuntura Demográfica, como quizá recuerda, planteó algunas sugerencias para el Censo de Población y Vivienda 2020; quien sea lector asiduo de Coyuntura podrá darse cuenta que le hemos dado, y seguiremos dando continuidad a ese proceso de diálogo con el Inegi relativo al censo.
JSC:
La comunidad de los demógrafos, y la Somede en particular, son quizás nuestros aliados más importantes, si no es que el primero, que acompaña el proceso del Censo de Población y Vivienda. En las presentaciones que he hecho sobre la importancia del censo, señalo invariablemente que su primer objetivo es contar a las personas y el segundo definir atributos como su ubicación, y los aspectos sociodemográficos, claramente materia fundamental para los estudios de tal naturaleza. Entonces, estoy convencido de que la Somede es una mancuerna fundamental, son una caja de resonancia para nosotros, dado que nos orientan en aspectos de distinta naturaleza. Creo que el hecho más importante se relaciona con el diseño conceptual de los instrumentos de captación de las problemáticas que hay que ir atendiendo. Y puedo añadir que hay sesiones o preguntas del cuestionario que claramente van dirigidas a satisfacer necesidades de los campos demográficos de información, que evidentemente tienen utilidad para la política pública y para todo mundo. Reitero, entonces, que aprecio enormemente los diálogos que hemos tenido, el trabajo que hemos compartido. Estoy consciente de que ha habido diferencias de opinión; es normal que ocurra; pero la idea es que nuestros canales de comunicación continúen abiertos; y que sigamos propiciando esos intercambios. Creo que para la etapa en que nos encontramos hoy, abril de 2019, sería necesaria una nueva reunión para comentar con más detalle los resultados de las pruebas cognitivas y las pruebas piloto y operativas y compartirles, al concluir el diseño de los cuestionarios que vamos a utilizar, cómo visualizamos el proceso. Ya tenemos un borrador bastante adelantado de los cinco cuestionarios y sería oportuno en este tiempo compartirlo con ustedes para ver si hay algo que pueda estar faltando, incorporar cuestiones que a veces requieren de ojos expertos.
EP y RC:
Acercándonos al cierre de esta entrevista, otro tema de interés es que nos compartiera su opinión acerca de la utilización, para la planeación gubernamental, de la información que el Inegi recaba, y qué acciones llevan a cabo para promover el uso efectivo de estos datos.
JSC:
La pregunta es excelente dada la coyuntura por la que atraviesa el país. En la actualidad, el Gobierno Federal trabaja en la integración de su Plan Nacional de Desarrollo, y estamos en una labor de concientizar el espíritu del Artículo 26 Constitucional al que hacía yo referencia al inicio de la entrevista y que aborda la planificación del desarrollo y la información para ello. Puedo afirmar que prácticamente a todos los secretarios de Estado que veo, a todos los equipos, a todas las dependencias, les recuerdo que ya existe en materia de Información de Interés Nacional, el Catálogo Nacional de Indicadores; también les recuerdo que existe un compromiso de Estado: la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible, sobre la cual estamos produciendo también una gran cantidad de indicadores. Entonces, creo que hay insumos y material para poder hacer una planificación efectiva con base en información, en evidencias y, además, con suficiente diversidad para acoger distintas prioridades de política pública u orientaciones políticas. Creo que la Agenda 2030 es tan amplia que puede dar cabida a múltiples programas de gobierno, cada uno con énfasis o prioridades diferentes. Nuestra tarea es propiciar el uso correcto de esa información, respecto de lo cual tenemos, claramente, un buen trecho por recorrer. Lo que sí puedo comentarles es que en el Plan Nacional de Desarrollo anterior el grado de uso de la información estadística y geográfica del Inegi no nos dejó satisfechos; solemos, a menudo, ir a contracorriente del uso de otras fuentes de información, o de plano plantear políticas públicas sin evidencia y sin datos y nociones que pueden o no tener correspondencia con la realidad y, con base en ello, tomar decisiones relativas a política pública y asignaciones presupuestales. Además, este reto se multiplica porque la información y los ejercicios correspondientes no son nada más a nivel federal, sino que tienen que ocurrir a nivel de los estados y municipios a más de otros niveles. Entonces, uno de los esfuerzos más importantes realizados por el Inegi ha sido incrementar la oferta de la información por entidad federativa, buscando que sea de utilidad también para los gobiernos estatales. Dos de los programas más recientes ya comienzan a arrojar información por entidad federativa; se trata del Índice Nacional de Precios al Consumidor y de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares, en su componente de gasto; se trata de temas acerca de los cuales tenemos que ir generando consciencia en cuanto al uso de información. Debo mencionar, asimismo, que conforme uno va bajando en los órdenes de gobierno los retos son cada vez más amplios; eso incluye, como señalo, el nivel municipal.
EP:
Me preocupa que desde el Gobierno Federal se aluda a un Censo de Bienestar. Quisiéramos conocer cómo ha sido la interacción entre el Inegi y el Gobierno Federal para llevar a cabo este proyecto. Desde la perspectiva demográfica, un censo debe cumplir con una serie de características que el Inegi ha desarrollado por varias décadas; posee una expertise sustantiva y es el organismo indicado para realizar un ejercicio de este tipo.
JSC:
Creo que los seres humanos, y particularmente en esta nueva administración, somos proclives a utilizar términos que son coloquiales, y no técnicamente precisos; de ahí que a un ejercicio ciertamente diferente se le llamó “Censo de Bienestar”; pero para mí es muy claro que esto representa la integración de un padrón de beneficiarios. También me preocupa que se utilice la palabra Censo, porque nos puede distorsionar el Censo de Población y Vivienda 2020; entonces, estamos tomando medidas al respecto. Puedo compartirles que hemos tenido muy poco contacto con los equipos que están haciendo ese levantamiento; de hecho, hoy por la tarde vamos a tener una primera reunión; entiendo que ya están en contacto con el Coneval, que tiene atribuciones y preocupaciones diferentes a las nuestras, si bien coincidimos en muchas de las cosas que están ocurriendo. Personalmente creo que de alguna manera hay un deseo, muy legítimo, de entregar resultados con prontitud pero que muchas veces hay la tentación de tomar atajos para poder hacer la ejecución de la política pública, cuando ya hay mecanismos establecidos y algún tipo de regulación para llevar a cabo las tareas. Me parece que lo que se requiere es balancear todo ello pues pudiera llegar a ser contraproducente porque no se siguieron todas las formas y todos los procedimientos contemplados en esos ejercicios. Entonces, se trata de un tema al que le tendremos que dar suficiente atención en cada una de las instancias que tienen atribuciones.
RC:
¿Sería correcto afirmar que el proyecto más importante y de mayor envergadura que tuvo que suspenderse a raíz de esta primera ronda de disminución presupuestaria es el Censo Agropecuario, y que entonces la reposición de ese proyecto se convierte en una preocupación en el corto plazo? Porque está, además, su vinculación con la política pública específica de la Secretaria de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) que tiene varios programas específicos alrededor de la producción agropecuaria, para la cual se requiere de esa información base. El otro punto crítico para el año entrante es garantizar el presupuesto para el Censo de Población y Vivienda 2020. Parecerían entonces, ser los dos puntos más álgidos en las discusiones presupuestarias; no que el Censo Agropecuario se pueda hacer en el 2020 necesariamente, ojalá y sí, pero al menos tener claro que esos son los dos puntos irrenunciables, uno ya en el 2020 y el otro lo más cercano posible para poder tener el horizonte completo de información con el de los censos económicos, en la lógica de los censos.
JSC:
Totalmente de acuerdo. Nada más para completar el punto, la misma Sader está consciente de la necesidad de esa información; entonces, estamos viendo de qué manera podemos realizar, quizás, un trabajo menor en el corto plazo, una Encuesta Nacional Agropecuaria como la que levantamos en 2017, pero con miras, eventualmente, a un Censo Agropecuario en 2020, o a más tardar en 2021.
RC:
Así como identifican diversidad sexual o los aspectos ambientales, seguramente los temas de seguridad y justicia han ido emergiendo. ¿Existe algún otro tema o temas cuya incorporación estén considerando a fin de completar el mosaico de un país tan complejo y heterogéneo como el nuestro?
JSC:
Podría decir que lo que más llama mi atención son las lagunas que tenemos en materia ambiental. La Agenda 2030 tiene varios objetivos; tres o cuatro de ellos tienen claramente una vocación ambiental, aunque incluso en el ámbito internacional hay deficiencias en las metodologías y mediciones. Pero dejando de lado la parte temática, creo que lo más importante que el Inegi y otros institutos nacionales de estadística tienen como misión es responder a la revolución de los datos utilizando fuentes alternativas de información, a fin de estar en posibilidad de proporcionar información tanto sobre los temas usuales como en los que surjan. En el 2020, España va a levantar por primera vez un censo de población basado, fundamentalmente en sus registros administrativos, algo que los países escandinavos llevan décadas haciendo; y la verdad es que nosotros tenemos que empezar a movernos en esa dirección. Entonces, esto no es precisamente algo de vanguardia; pero el uso de registros administrativos para mejorar la información estadística es sumamente importante y es algo en lo que hemos venido trabajando: por ejemplo, integrar distintos registros del Instituto Mexicano del Seguro Social, de la Secretaria de Salud, de la Secretaría de Educación Pública y otros, para poder disponer de un acervo de información poblacional que nos brinde información más oportuna, en algunos aspectos incluso de mayor calidad que la que podemos tener en la actualidad. Y así como el caso que menciono, está en todo mundo el tema de la era digital y de la información que se crea en las redes sociales, con los medios de pago electrónico y otros. En el ámbito económico es igualmente importante y nos permite una mejor lectura de lo que está ocurriendo con la economía, evitando que se escapen eventos y circunstancias importantes que pudieran estarse presentando fuera de los confines tradicionales de la estadística.
EP y RC:
Queremos concluir esta entrevista agradeciendo su muy valiosa colaboración para Coyuntura Demográfica.